Educación a través de los sentidos
Eloína Peláez Valdez; Daniela Díaz
Jardín Etnobotánico Francisco Peláez R.
San Andrés Cholula, Puebla
Hemos llamado a nuestro programa educativo “Educando para la vida, educando a través de los sentidos”. Existe una relación íntima entre los dos elementos, la educación para la vida y la educación sensorial.
El Jardín, cualquier jardín, es una celebración de los sentidos. Cuando entramos a un jardín, no estamos entrando a un laboratorio ni a un salón de clases, sino a un lugar bello, un lugar que deleita todos los sentidos. En el Jardín Etnobotánico pensamos que hay que tomar este deleite como punto de partida para pensar la educación.
Los humanos necesitamos la estimulación de los sentidos a través de las plantas: como especie somos parte de la biodiversidad, evolucionamos junto con las plantas y otras formas de vida y sufrimos físicamente y mentalmente si no tenemos contacto con ellas. La conservación de las plantas es al mismo tiempo la conservación de la riqueza sensorial de la vida humana: las dos cosas no se deben separar. Educar para la conservación es educar para la vida humana y no humana en toda su riqueza.
Educar para la vida es educar contra la muerte, contra la masacre de las especies que estamos viviendo actualmente en todo el mundo. La conservación no es conservadora, más bien requiere un cambio radical en el comportamiento humano, en la relación entre los humanos y las plantas y otras formas de vida. Éste es el objetivo principal de nuestra propuesta educativa: cambiar la relación entre los humanos y la biodiversidad de la cual somos una parte especialmente destructiva. Queremos que las personas salgan del Jardín como agentes de la conservación, es decir, como agentes de cambio.
La base de este cambio de comportamiento tiene que ser un enamoramiento. Tiene que venir de ellos mismos, de los alumnos y otros visitantes. Trabajamos la educación como experiencia liberadora y la única liberación que tiene la fuerza necesaria para lograr cambios significativos es la auto-liberación, la liberación o pasión que viene de los estudiantes mismos. Como educadores no queremos explicar de forma vertical cómo son las cosas y cómo deben ser, sino estimular a visitantes y alumnos a sentir y a reflexionar, para que la recreación de su relación con la naturaleza surja de sus propias entrañas.
La estimulación de la cual brota el amor es intrínsecamente sensorial. Queremos que cuando las personas entren al Jardín, cuando participen en los recorridos guiados, cuando tomen los talleres que ofrecemos, vean, toquen, huelan, saboreen y escuchen las plantas, queremos que experimenten con todos sus sentidos la riqueza de la vida que el Jardín contiene.
La experiencia sensorial abre las puertas al amor y sienta la base para el deseo de conocer al objeto del amor teórica y prácticamente. El conocimiento teórico es importante, pero tiene que ser acompañado por la práctica. Los alumnos y otros visitantes aprenden acerca de las plantas, pero también aprenden a cultivarlas, propagarlas y usarlas, a integrarlas a su vida cotidiana.
La investigación que hacemos en el Jardín tampoco se puede separar del aprendizaje y de la práctica. La investigación que hacemos sobre las plantas, aves e insectos de la región es parte de nuestro esfuerzo para conservarlos. Estudiamos las plantas y otras formas de vida, las identificamos, las catalogamos, las preservamos, depositamos las semillas en nuestro banco de semillas e investigamos los usos tradicionales que se les han dado. Buscamos integrar este conocimiento en nuestros recorridos y talleres. El objetivo de la investigación no es acumular conocimiento sino expandir un saber para que se difunda y florezca en la práctica de todas y todos.
Nuestro Jardín es una pasión, una pasión científica, una pasión práctica, una pasión dedicada a la conservación que requiere cambio. Éste es el principio que inspira nuestros talleres, eventos culturales y recorridos guiados.
Son cinco los temas que estructuran nuestra oferta educativa: conociendo y entendiendo a las plantas; cultivando para la vida; usando y disfrutando a las plantas; conociendo y entendiendo la biodiversidad; viviendo ecológicamente; creando y recreando una cultura.
Con los talleres que agrupamos bajo el tema de Conociendo y entendiendo a las plantas, nuestra ambición es que se entienda cómo son las plantas, cómo se alimentan, cómo conviven con otras formas de vida, cómo se relacionan con nosotros. Buscamos que no se pierda el conocimiento de nuestro entorno natural. El segundo tema, Cultivando para la vida, invita a los participantes a ensuciarse las manos aprendiendo a cultivar. Ante el crecimiento voraz y destructor de las ciudades debemos llevar la vida y las plantas a las ciudades, enseñar cómo se siembra, cómo se ha hecho a lo largo de la historia, qué plantas locales han alimentado a nuestras comunidades y cómo lo han hecho, para poder replicar y esparcir las prácticas que dan vida. El tercer tema, Conociendo y entendiendo la biodiversidad, tiene como su centro la relación infinita de una vida con otras vidas, el flujo de vida donde las relaciones de interdependencia y estímulo mutuo entre plantas, humanos, aves, insectos y otras son tales que es difícil entender los unos sin entender los otros. Sigue el tema de Viviendo ecológicamente, éste tiene como objetivo que las personas entiendan las problemáticas ambientales cotidianas y generen competencias para aplicar soluciones eficaces dentro de sus espacios. Finalmente, con el tema de Creando y recreando una cultura buscamos a través de talleres y eventos artísticos conectarnos con las tradiciones culturales de la región para recuperar la fuerza de una convivencia muy distinta entre humanos y biodiversidad.
Un Jardín como el nuestro no es un laboratorio, no es un salón de clases, no es sólo un parque o un lugar de diversión. Es un lugar muy otro, una prefiguración de lo bello que el mundo puede ser, una prefiguración de otra relación entre humanos y no humanos, de otra relación entre lo cognitivo y lo sensorial. La educación en el Jardín Etnobotánico es un intento de abrir las puertas hacia ese mundo deseado.